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Incontinencia

Vejiga

Los síntomas del tracto urinario inferior (STUI) a menudo se clasifican ampliamente en síndromes clínicos como vejiga hiperactiva, vejiga hipoactiva, incontinecia de orina, nicturia, micción disfuncional o fístula genitourinaria.

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Los síntomas del tracto urinario inferior son comunes en las mujeres y a menudo causan mucha angustia y vergüenza, así como costos significativos. 

 

Incontinencia (pérdida) de orina

 

La incontinencia de orina se define como la fuga involuntaria de orina por esfuerzo, ejercicio, al toser o estornudar.

 

En hombres, la incontinencia por tensión se debe sobre todo a cirugía (p. ej., después de prostatectomía radical) o traumatismo en el esfínter del cuello vesical o uretral. 

 

En mujeres los casos de incontinencia por tensión ocurren después de la mitad de la vida (con partos vaginales repetidos y obstruidos). Suelen ser resultado de debilidad, disrupción (o ambos) del músculo y los ligamentos del piso pélvico, lo que lleva a soporte deficiente de la unidad esfintérica vesicouretral. La prevalencia general de la incontinencia en mujeres se reporta en 38%, y aumenta con la edad de 20 a 30% durante los primeros años de la vida adulta, a casi 50% en la vejez.

 

La incontinencia puede ser temporal o crónica. La temporal puede ocurrir después del parto o durante una infección aguda de vías urinarias inferiores, y suele resolverse de manera espontánea. La crónica puede deberse a varias causas y a menudo es persistente y progresiva.

 

Desde la perspectiva funcional y anatómica, por intuición puede considerarse a las vías urinarias inferiores como un sistema de dos partes: la vejiga urinaria como un depósito y la salida de la vejiga como un mecanismo esfintérico.

 

La incontinencia se presenta cuando una de estas partes, o ambas, funciona mal. Aquí se analizan varios tipos comunes: incontinencia urinaria por tensión, por tenesmo vesical y combinada, incontinencia neuropática y por sobreflujo.

 

Suele verse aumento en la presión de cierre uretral durante el llenado de la vejiga; cuando las pacientes se ponen de pie, o en eventos que provocan tensión, como toser, estornudar o pujar. Durante el ejercicio, la transmisión de presión pasiva por mayor tensión abdominal y la contracción refleja del mecanismo esfintérico aumentan la resistencia uretral para prevenir fuga de orina.

 

El tratamiento inicial consta de intervención en el estilo de vida, entrenamiento de la vejiga y el músculo del piso pélvico, además de medicamentos. El manejo especializado se recomienda para pacientes que no obtengan buenos resultados con los tratamientos ya mencionados, o quienes tengan trastornos especiales. 

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La evaluación incluye imagenología de vías urinarias, urodinámica y cistouretroscopia, y para esos pacientes se recomiendan tratamientos más invasivos, como cirugía, neuromodulación y prótesis.

Vejiga hiperactiva 

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La Sociedad científica multidisciplinaria define al síndrome de vejiga hiperactiva como urgencia urinaria, generalmente acompañada de la necesidad de orinar muchas veces durante el día (polaquiuria) o la noche (nicturia), pero en volúmenes normales o inferiores a lo normal, con o sin incontinencia urinaria. 

 

La vejiga hiperactiva es una afección crónica que puede tener efectos debilitantes en la calidad de vida. 

 

El estudio EPidemiology of InContinence (EPIC), encuesta telefónica transversal de adultos realizada en 5 países, demostró una prevalencia general de síntomas de vejiga hiperactiva del 11,8% (10,8% en hombres y 12,8% en mujeres).

 

Se han propuesto varias teorías para explicar la fisiopatologia de la vejiga hiperactiva, principalmente en relación con los desequilibrios en las vías neurales inhibitorias y excitatorias de la vejiga y la uretra, o la sensibilidad de los receptores musculares de la vejiga. Sin embargo, no se han establecido causas identificables definitivas.

 

La vejiga hiperactiva generalmente se clasifica en húmeda y seca, según la presencia o ausencia de perdida de orina asociada.

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Los diarios vesicales o miccionales, son una herramienta de valoración muy útil, no invasiva, que nos da mucha información acerca del funcionamiento de la vejiga. Son útiles para medir la frecuencia y gravedad de los síntomas de las disfunciones miccionales, como, por ejemplo, la vejiga hiperactiva, pudiendo establecer y cuantificar los síntomas de frecuencia, urgencia e IU, para evaluar el cambio a lo largo del tiempo o la respuesta al tratamiento. 

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El número óptimo de días requeridos para los diarios vesicales parece estar basado en un equilibrio entre la precisión y el cumplimiento. La duración del diario de tres a siete días se utiliza habitualmente.

 

Algunas recomendaciones para mejorar los síntomas:

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-Adecuada ingesta de liquidos.

-Perdida de peso

-Dejar de fumar

-Terapias conductuales (vaciado incitado y cronometrado).

Entrenamiento de la vejiga.

-Entrenamiento de los musculos del suelo pelvico.

-Manejo farmacologico

Vejiga hiperactiva
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